Title | Universidad Veracruzana Facultad de Historia HISTORIOGRAFA CONTEMPORNEA Unidad |
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Universidad Veracruzana Facultad de Historia HISTORIOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA Unidad II Versión Mayo 2015 Maestro: Dr. Raúl Romero Ramírez
Las grandes corrientes historiográficas en el siglo XX. 1. - Neopositivismo, Tractatus, Círculo de Viena y el Giro Lingüístico 2. - Historiadores de los Sistemas 3. - Historia Cíclica y Lineal 4. - Historicismo Crítico-Liberal 5. - Estructuralismo Histórico 6. - Escuela de los Annales 7. - Historia Económica 8. - Historia Marxista 9. - Historia Cultural 10. - Escuela de Frankfurt
Historia Cultural Contemporánea 3) Sociología de la cultura (Bordieu) 4) Historia sociocultural (Chartier, Darnton y Burke) 5) Industrias culturales «Escuela de Frankfurt» (Adorno, Horkheimer, Benjamin, Marcuse y Habermas)
La historia cultural contemporánea y la Escuela de Frankfurt La historia cultural contemporánea contó con tres versiones, una francesa, otra franco-anglosajona y otra alemana. En Alemania, existe una larga tradición de estudios culturales, abierta por los más prestigiosos intelectuales de la Escuela de Frankfurt: Horkheimer, Adorno, Marcuse, Benjamin o Habermas, entre otros. Esta escuela se orientó al estudio de las industrias culturales, la producción cultural en la sociedad capitalista y la cultura de masas. Se conoce como Escuela de Frankfurt a un grupo de investigadores que adherían a las teorías de Hegel, Marx y Freud y cuyo centro estaba constituido en el Instituto de Investigación Social, inaugurado en 1924 en Fráncfort del Meno. También se les considera representantes de la teoría crítica que allí se fundó. El núcleo de la teoría crítica de la escuela de Fráncfort es la discusión crítico ideológica de las condiciones sociales e históricas en las que ocurre la construcción de teoría y la crítica de esas condiciones sociales.
La Escuela de Frankfurt estudia la relación resultante de la pretensión de conceptualizar teóricamente la totalidad de las condiciones sociales y la necesidad de su cambio. En la concepción de esta Escuela, la teoría se entiende como una forma de la práctica (teoría crítica). La denominación teoría crítica se remonta al título del ensayo programático Teoría tradicional y teoría crítica (Traditionelle und kritische Theorie) de Max Horkheimer del año 1937. Se considera la obra principal de esta escuela la colección de ensayos Dialéctica de la ilustración (Dialektik der Aufklärung), compilada y editada conjuntamente por Horkheimer y Theodor W. Adorno entre 1944 y 1947. El nombre de Escuela de Frankfurt se hizo popular en la década de 1960, tanto en Alemania como otros países que, de alguna manera, siguieron las discusiones teóricas y políticas que pretendían una teoría social y política crítica y de izquierdas que por tanto tomaba distancia de la ortodoxia del "socialismo realmente existente" (URSS).
Sin embargo no existió, como tal, una «escuela» única y lineal. El rótulo, «Escuela de Fráncfort» , ha provocado dos consecuencias: 1) Unificar bajo el mismo concepto teorías distantes e incluso contradictorias. 2) Minimizar las diferencias teóricas entre los diferentes autores. Una consecuencia de esto último ha sido establecer algo así como una línea ininterrumpida de progreso teórico que va desde la primera formulación de la teoría crítica por Max Horkheimer en su obra Teoría tradicional y teoría crítica de 1937 hasta Jürgen Habermas y su obra de 1981 Teoría de la acción comunicativa donde describe el concepto de acción comunicativa, considerándolo una "superación" de las concepciones anteriores. Como muestra del error contenido en esta etiqueta unificadora, basta citar que en el año 1983 se celebraron dos congresos sobre el pensamiento y la obra de Theodor Adorno: uno en Frankfurt, auspiciado por Jürgen Habermas y otro en Hamburgo, auspiciado por el grupo reunido en torno a la revista Zeitschrift für kritische Theorie.
El énfasis del proyecto sustentado por el Instituto de Investigación Social estaba puesto en la crítica y renovación de la teoría marxista de la época, haciendo hincapié en el desarrollo interdisciplinario y en la reflexión filosófica sobre la práctica científica. Agrupó a estudiosos de muy diferentes ámbitos y tendencias y fue la primera institución académica de Alemania que abrazó abiertamente las ideas marxistas; debido a esto y al origen judío de muchos, la mayoría de sus miembros tuvo que trasladarse al exilio durante el régimen nazi, principalmente a Estados Unidos, regresando luego varios de ellos a Frankfurt del Meno tras la victoria aliada. Aunque el instituto continúa activo, practicando la crítica social (hoy día bajo la dirección de Axel Honneth), desde el punto de vista histórico se considera a Jürgen Habermas el último miembro de la escuela de Frankfort. Habermas, sin embargo sostiene posiciones que son profundamente divergentes de las que defendía la primera generación de investigadores sociales.
Max Horkheimer se convirtió en el director del Instituto en 1930. Su órgano de publicación fue la Zeitschrift für Sozialforschung (Revista de investigación social), inicialmente editada en Leipzig y, posteriormente, con el auge del régimen nazi en París. La escuela de Frankfurt reunió marxistas disidentes, críticos severos del capitalismo que creían que algunos de los denominados seguidores de las ideas de Karl Marx sólo utilizaban una pequeña porción de las ideas de este, usualmente en defensa de los partidos comunistas más ortodoxos. Influidos además por el surgimiento del nazismo en una nación tecnológica, cultural y económicamente avanzada como Alemania y los fracasos de las revoluciones obreras en Europa Occidental especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, tomaron como tarea encontrar las partes del pensamiento marxista que pudieran servir para clarificar condiciones sociales que Marx no podía haber visto o predicho.
Para lograr esto, se apoyaron en la obra de otros autores para enriquecer la teoría marxista y darle un carácter más explicativo. Max Weber ejerció una notable influencia, así como Sigmund Freud (particularmente en la obra de Herbert Marcuse). El énfasis de la escuela en el componente crítico de la teoría se derivaba de su intento por sobrepasar los límites del positivismo, el materialismo vulgar y la fenomenología mediante un retorno a la filosofía crítica de Immanuel Kant y sus sucesores en el idealismo alemán, principalmente Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Una influencia clave también vino de la publicación en 1930 de las obras de Marx Manuscritos económico-filosóficos o «Cuadernos de París» y la Ideología alemana, obras que mostraron una continuidad de ciertos temas hegelianos en la obra de Marx. Por lo anterior, podemos afirmar que la Historia a fines del siglo XX contempla la producción de una nueva manera de hacer Historia en la posmodernidad, una de ellas es gracias al estudio de las Industrias culturales o «Escuela de Frankfurt» con teóricos como Adorno, Horkheimer, Benjamin, Marcuse y Habermas.
Industrias Culturales (1960 -2012) «Escuela de Frankfurt» (Horkheimer, Adorno, Marcuse, Pollock, Fromm, Benjamin, Habermas y Gadamer) Primera generación: Personas vinculadas: Segunda generación: Max Horkheimer Theodor W. Adorno Herbert Marcuse Friedrich Pollock Erich Fromm Otto Kirchheimer Leo Löwenthal Siegfried Kracauer Karl August Wittfogel Alfred Sohn-Rethel Walter Benjamin Hans-Georg Gadamer Jürgen Habermas Karl-Otto Apel Axel Honneth Franz Leopold Neumann Oskar Negt Alfred Schmidt Albrecht Wellmer
Max Horkheimer (1895 -1973) fue un filósofo y sociólogo alemán, famoso por su trabajo en teoría crítica como miembro de la Escuela de Frankfurt de investigación social. Sus obras más importantes incluyen: El eclipse de la razón (1947) y, en colaboración con Theodor Adorno, Dialéctica de la Ilustración (1947). Dialéctica de la Ilustración es una obra escrita por Theodor Adorno y Max Horkheimer, ambos autores dedicados a la llamada Teoría crítica, corriente comprometida con un compromiso social emancipatorio de las estructuras establecidas en la sociedad moderna. En sus páginas se encuentra un análisis crítico de la cultura de masas y del fascismo al mismo tiempo que se vincula el concepto de Razón con el sistema social moderno. Para entender esta obra es necesario hacer referencia al concepto kantiano de Ilustración e Iluminismo. La propuesta central del libro será la defensa de que el Holocausto no es un acontecimiento casual sino una consecuencia ideológica de la forma en la que está constituido el Imperio de Occidente. También hay que reflexionar sobre el hecho de que ambos filósofos no sostienen en absoluto la idea de que nuestra sociedad sólo sea capaz de generar sistemas totalitarios. Desde este punto de vista la Teoría Crítica debería impulsar un cambio social.
Max Horkheimer advierte que la sociedad habría creado un concepto de razón definiéndiola como un instrumento de dominio de la naturaleza y del semejante. «No nos dábamos cuenta de la trampa en la que, al pensar esto, estábamos cayendo. Porque al dominar la naturaleza el humano debe dominarse a sí mismo, reprimir lo que hay en él de naturaleza, con ello se disuelve la individualidad creadora en la racionalidad económica» . Así, la forma de pensar de la Ilustración gira en torno a la razón, y este sistema racional sienta las bases de una filosofía que daría lugar a la sociedad moderna. «El llamado racionalismo remite a una forma de pensar heredada y tratada como una verdad absoluta, lo cual es erróneo» . Según Adorno y Horkheimer, lo que se entiende por Razón funciona como un mecanismo de dominio sobre la naturaleza y el otro. Pensar de manera racional no debería suponer una actitud de despotismo. Sin embargo, el concepto de razón dominante ha funcionado en relación con un sistema de poder cultural y político, en el cual, tener razón supone tener autoridad. «Es por esto por lo que el poder del conocimiento científico se pone al servicio de los intereses dentro de un sistema autoritario» .
Theodor Ludwig Wiesengrund Adorno (1903 -1969), fue un filósofo alemán que también escribió sobre sociología, comunicología, psicología y musicología. Se le considera uno de los máximos representantes de la Escuela de Fráncfort y de la teoría crítica de inspiración marxista. En 1933 se incorporó al Instituto para la Investigación Social, adscrito a la Universidad de Fráncfort, de inspiración marxista, aunque pronto el régimen nacionalsocialista le retiró su venia legendi y tuvo que abandonar el país, huyendo del nazismo. Tras unos años en Oxford, en 1938 se decide a cruzar el Atlántico para instalarse en Nueva York, donde tenía su sede el Instituto de Investigación Social en el exilio. En 1941 se traslada a California para continuar trabajando en colaboración con otro miembro del Instituto, Max Horkheimer. Dialéctica de la ilustración. Fragmentos filosóficos (1944 -1947) que será uno de los múltiples resultados de esta colaboración. El objetivo teórico de esa obra queda reflejado en su prólogo: "Lo que nos habíamos propuesto era nada menos que comprender por qué la humanidad, en lugar de entrar en un estado verdaderamente humano, se hunde en un nuevo género de barbarie".
Otra obra fundamental lo es Dialéctica negativa (1966), que puede considerarse «el buque insignia» de todo su proyecto filosófico. Lo que él propone como dialéctica negativa es una forma de dialéctica que trata de salirse del esquema hegeliano clásico, el esquema de diálogo entre opuestos que acaba en una síntesis reconciliadora, para hacer hincapié en aquellos aspectos negativos, «en los flecos sueltos de la historia, en lo que no tiene nombre, en el desfavorecido. . . » «Con ello ya no estamos ante una dialéctica tradicional y hasta cierto punto neutra, sino que se apunta claramente hacia un lado determinado de la balanza» ; sobre todo, pretende desmarcarse de los planteamientos cerrados de la tesis y su antítesis, con lo cual, muy en la vía ya marcada por su colega Walter Benjamin se apela a un cierto nivel de trascendencia, que se sitúa en el margen de la cadena lógica de la dialéctica tradicionalmente considerada.
Industrias Culturales (1960 -2012) Herbert Marcuse (1898 – 1979) filósofo y sociólogo alemán. Después de completar sus estudios en la Universidad de Friburgo de Brisgovia en 1922, regresó a Berlín, donde trabajó como vendedor de libros. Regresó a Friburgo en 1929 para escribir una «habilitación» (disertación postdoctoral para obtener el grado académico de profesor) con Martin Heidegger. En 1933, debido a que no le sería permitido por ser judío completar su proyecto bajo el régimen nazi, Marcuse empezó a trabajar en el Instituto de Investigación Social en Frankfurt del Meno y, junto con Max Horkheimer y Theodor Adorno, se convirtió en uno de los más destacados teóricos de la Escuela de Frankfurt. Emigró de Alemania ese mismo año, yendo primero a Suiza y luego a los Estados Unidos, donde obtuvo la ciudadanía en 1940. Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para la Oficina de Servicios Estratégicos de los Estados Unidos (US Office of Strategic Services), precursora de la CIA, analizando informes de estrategia sobre Alemania (1942, 1945, 1951).
En 1952, Marcuse inició una carrera docente como teórico político, primero en la Universidad de Columbia y en Harvard, luego en la Universidad Brandeis desde 1958 hasta 1965, donde fue profesor de filosofía y política, y finalmente (ya jubilado), en la Universidad de California, San Diego. Trabajando como profesor en esta universidad participó activamente en los debates sociopolíticos de las décadas de 1950 y 1960, en los que se llegó a hablar de las 3 M: Marx, Mao y Marcuse. Fue amigo y colaborador del sociólogo e historiador Barrington Moore Jr. y del filósofo político Robert Paul Wolff. En la época después de la guerra, fue el miembro más políticamente explícito e izquierdista de la Escuela de Frankfurt, debido a su dedicación a aplicar políticas de emancipación, como la liberación de la mujer o las ideologías juveniles a la primera Teoría Crítica. Empieza a ser consciente de las principales limitaciones prácticas de la primera escuela de Frankfurt, y de la necesidad de perfilar las tesis sobre cultura y sociedad, identificándose a sí mismo como marxista, socialista y hegeliano. Fue además un gran aporte teórico para la emergencia de los movimientos juveniles de protesta, como el movimiento hippie.
Las críticas de Marcuse a la sociedad capitalista (especialmente en su síntesis de Marx y Freud, Eros y la civilización, publicado en 1955, y su libro El hombre unidimensional, publicado en 1964) resonaron con las preocupaciones del movimiento izquierdista estudiantil de los 60. Debido a su apertura a hablar en las protestas estudiantiles, Marcuse pronto vino a ser conocido como «El padre de la Nueva Izquierda» , término que él rechazaba. La crítica fundamental que realiza Marcuse a la sociedad moderna, desarrollada en "El hombre unidimensional", es que el sujeto unidimensional es víctima de su propia impotencia y de la opresión continua de un método de dominación más complicado de lo que Adorno y Horkheimer imaginaron. Esta es la concepción del poder por la que Marcuse se considera como puente entre la primera y la segunda generación de la escuela de Frankfurt. Este hecho se contrasta fundamentalmente con el capitalismo temprano, en que el movimiento proletario era una fuerza con el potencial efectivo de derribar al régimen. El capitalismo avanzado que describe Marcuse, en cambio, ha generado a través de los estados de bienestar una mejora en el nivel de vida de los obreros, que es insignificante a nivel real, pero contundente en sus efectos: el movimiento proletario ha desaparecido, y aún los movimientos antisistémicos más emblemáticos han sido asimilados por la sociedad y orientados a operar para los fines que la sociedad coactiva reconoce como válidos.
A pesar de identificar en el hombre una forma de sumisión mucho más desarrollada y difícil de penetrar, Marcuse remarca los valores de la vanguardia en el arte cuando habla de Bertolt Brecht o dice por ejemplo: «La lucha por hallar este medio, o más bien dicho la lucha contra su absorción en la unidimensionalidad predominante, se muestra en los esfuerzos de la vanguardia por crear un distanciamiento que haría la verdad artística comunicable otra vez» . Este distanciamiento que pretende realizar Marcuse está marcado por la intencionalidad de alejar al ser humano del dominio que está impuesto en toda la sociedad y pretende reorientar el rumbo de la cultura hacia el arte, hacia lo estético. En diferentes pasajes se evidencia su idealismo que luego se traduce a su militancia política. Esta contradicción es reconocida por Marcuse, quien vivió en una eterna disputa teórica acerca de la interrogante fundamental de si la sociedad tenía la posibilidad o no de cambiar desde adentro y por tanto de trascender el statu quo. Está clara la existencia de esperanza en su pensamiento, aunque el análisis de la realidad y los acontecimientos se contrapongan a este tema. Para ilustrar esta contradicción, en sus conclusiones sobre el "hombre unidimensional" Marcuse cita al final una frase de Walter Benjamin que dice lo siguiente: «Sólo gracias a aquellos sin esperanza, nos es dada la esperanza» .
Friedrich Pollock (1894 -1970) fue un sociólogo, economista y filósofo alemán adscrito a la Escuela de Fráncfort y cofundador, junto con el estudioso de la filosofía marxista Karl Korsch, Leo Lowenthal y Erich Fromm, del Instituto de Investigación Social (perteneciente a esta Universidad y centro de desarrollo de la denominada Escuela de Fráncfortentre 1928 y 1930) y fundado en 1923 por los comerciantes y mecenas Hermann Weil, su hijo Felix Weil decidió fundar el instituto después del éxito de una semana de conferencias (La primera semana laboral marxista) de 1923. El objetivo de Weil fue reunir a los mejores representantes de las diferentes escuelas del marxismo, e incluyó a György Lukács, Karl Korsch, Karl August Wittfogel y Friedrich Pollock. Entre 1927 y 1928 Pollock viajó a la Unión Soviética, con motivo de la celebración del décimo aniversario de la Revolución de Octubre. Su investigación concluyó con el tratado Los intentos de economía planificada en la Unión Soviética (1917 -1927).
Antes de la toma del poder nazi, Pollock había utilizado sus contactos en la Organización Internacional del Trabajo para establecer una sucursal de Ginebra del Instituto. En 1933, Pollock y su sucesor en el Instituto, Max Horkheimer quien le daría identidad específica a la Escuela de Fráncfort bajo el nombre de Teoría Crítica, tuvieron que exiliarse, primero en Ginebra, luego en Londres, después en París, para terminar finalmente en Nueva York. En 1950 pudo por fin regresar a Frankfurt junto con Horkheimer, participando en el restablecimiento del Instituto de Investigación Social, tomando de nuevo el papel de director. De 1951 a 1958 fue profesor de economía nacional y sociología en la Universidad de Fráncfort. Pollock desde la década de 1930 desarrolló su tesis sobre el Capitalismo de Estado, (reimpreso en: Etapas del capitalismo, 1975). Advirtió que la intervención estatal de hecho y las medidas económicas de control del Estado contradecían el principio económico del laissez-faire del liberalismo económico y ofrecían un camino claro, frente al liberalismo económico, hacia un mercado regulado. La crisis liberal del 1929 y la posterior Gran depresión estaban dando paso a una economía mixta (que más tarde se denominará Estado social o Estado social de derecho).
La tesis de Pollock servía tanto para los sistemas liberales claramente intervenidos por el Estado como para el experimento soviético que era considerado como una prueba de esta tendencia general del Estado a intervernir en la economía. Su tesis englobaba el surgimiento en ambas sociedades, capitalistas y socialistas, de la intervención del Estado. Pollock hacía una clara distinción entre el Autoritarism (Autoritarismo) fascista o socialismo de estado y una variante liberal, el New Deal (Nuevo trato) del capitalismo de Estado pero ambos tenían en común la sustitución de la primacía de la economía por la primacía de la política. El análisis económico de Pollock hizo una contribución significativa en el proceso de construcción de la teoría filosófica de los dos principales representantes de la Escuela de Fráncfort y le dio un impulso importante a la formulación de la obra cumbre Dialéctica de la Ilustración de Max Horkheimer y Theodor Adorno.
Erich Fromm (1900 -1980), fue un destacado psicoanalista, psicólogo social y filósofo humanista de origen judeoalemán. Fromm, fue uno de los principales renovadores de la teoría y práctica psicoanalítica a mediados del siglo XX. Miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Fráncfort, participó activamente en la primera fase de las investigaciones interdisciplinarias de la Escuela de Fráncfort, hasta que a fines de los años 40 rompió con ellos debido a la heterodoxa interpretación de la teoría freudiana que desarrolló dicha escuela, la cual intentó sintetizar en una sola disciplina el psicoanálisis y los postulados del marxismo. Durante los años 40 Fromm desarrolló una importante labor editorial, pues publicó varios libros luego considerados clásicos sobre las tendencias autoritarias de la sociedad contemporánea y se desvió marcadamente de la teoría original freudiana. En 1943 fue uno de los miembros fundadores de la filial neoyorquina de la Escuela de Psiquiatría de Washington, tras lo cual colaboró con el Instituto William Alanson White de Psiquiatría, Psicoanálisis y Psicología.
En 1950 Fromm se muda a México y enseñó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde fundó la Sección Psicoanalítica de la escuela de medicina y el Instituto Mexicano de Psicoanálisis. Desde mediados de la década de los 50 estuvo fuertemente involucrado con los movimientos pacifistas norteamericanos y fue un destacado oponente de la guerra de Vietnam. Se alejó de todo apoyo al socialismo real, sobre todo del modelo totalitario del Estado soviético, al mismo tiempo que criticó la sociedad capitalista. Esto, junto con sus perspectivas sobre la libertad personal y el desarrollo de una cultura libre, lo acercó notablemente a la línea anarquista, cuestión que se hace evidente al comparar las temáticas de sus libros con las de los autores clásicos de esa escuela. De sí mismo se decía partidario de un socialismo humanista y democrático. Entre 1957 y 1961 Fromm compaginó su actividad en la UNAM con una cátedra en la Universidad Estatal de Míchigan. En 1965 se retiró; tras unos años de viaje, en 1974 se instaló en Muralto, Suiza hasta su muerte.
Dos libros son particularmente importantes para conocer el pensamiento del sabio alemán. El primero es El miedo a la libertad y el segundo es El corazón del hombre. En ellos se manifiesta inconforme con su pertenencia a una “escuela” nueva de psicoanálisis, para concluir diciendo que él propone una estructura filosófica de referencia diferente, la del humanismo dialéctico. A pesar de esto, se considera que los libros El miedo a la libertad, Ética y psicoanálisis y Psicoanálisis de la sociedad contemporánea presentan también una continuidad en lo que atañe al pensamiento psicológico de Erich Fromm, además de que en esta última funda lo que él llama el psicoanálisis humanista, mientras que en Ética y psicoanálisis sustituye el sistema freudiano de desarrollo de la libido por uno que se basa en los procesos de asimilación y socialización del individuo. Otras obras de gran importancia son Del tener al ser (ser o tener); El amor a la vida, El arte de amar; La vida auténtica; El arte de escuchar; Lo inconsciente social, Sobre la desobediencia, Psicología y religión, La revolución de la esperanza: hacia una tecnología humanizada, La sociedad industrial contemporánea, Marx y su concepto del hombre, etc.
Walter Benjamin (1892 – 1940) fue un filósofo y crítico literario alemán judío de tendencia marxista, estrecho colaborador de la Escuela de Frankfurt a la que sin embargo nunca estuvo directamente asociado. Adaptó su temprana vocación por el misticismo al materialismo histórico, al que se volcó en sus últimos años, aportando una visión única en la filosofía marxista pero su posición fue la de jamás militar en el sionismo, ni en el comunismo, ni en el fascismo. Para él, la salvación de la humanidad está ligada a la salvación de la naturaleza, por lo que como erudito literario quedó fascinado con las obras de Marcel Proust y Charles Baudelaire, observadores natos de la vida y a los que tradujo. Su ensayo La labor del traductor es uno de los textos teóricos más célebres y respetados sobre la actividad literaria de la traducción Benjamin mantuvo una extensa correspondencia con Theodor Adorno y con Bertolt Brecht y ocasionalmente recibió financiación de la Escuela de Frankfurt bajo la dirección de Theodor Adorno y Max Horkheimer. Las influencias competitivas del marxismo de Brecht (en menor medida la teoría crítica de Adorno) y el misticismo judío de su amigo Gershom Scholem fueron centrales en el trabajo de Benjamin, aunque nunca logró resolver sus diferencias completamente. Las Tesis sobre la filosofía de la historia, uno de los últimos textos de Benjamin, fue lo más cercano a tal síntesis, que junto con los ensayos La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica y Para una crítica de la violencia, son sus textos más leídos.
Jürgen Habermas (1929 -? ) es un filósofo y sociólogo alemán, conocido sobre todo por sus trabajos en filosofía práctica (ética, filosofía política y del derecho). Gracias a una actividad regular como profesor en universidades extranjeras, especialmente en Estados Unidos, así como por la traducción de sus trabajos más importantes a más de treinta idiomas, sus teorías son conocidas, estudiadas y discutidas en el mundo entero. Habermas es el miembro más eminente de la segunda generación de la Escuela de Frankfurt y uno de los exponentes de la Teoría crítica desarrollada en el Instituto de Investigación Social. Entre sus aportaciones está la construcción teórica de la democracia deliberativa y la acción comunicativa. Si bien el pensamiento de Habermas entronca con la Teoría Crítica de la Escuela de Fráncfort, su obra adopta perfiles propios que le conducen a profundas divergencias con sus maestros y predecesores. Su trabajo está orientado a poner los fundamentos de la teoría social con los que busca analizar las sociedades del capitalismo avanzado.
El pensamiento de Kant y de Marx desempeñan un papel decisivo en la obra de Habermas. El estrecho vínculo entre una filosofía de la razón muy ambiciosa en términos normativos y una teoría empírica de la sociedad es una característica del pensamiento de Marx que Habermas hace suya y que lo distingue de otros contemporáneos y lo distancia en particular, del sociólogo Niklas Luhmann (teoría de los sistemas-entorno ahistóricos de comunicación) y del filósofo John Rawls (filosofía político-liberal con características morales como el consenso superpuesto, la razón pública y la justicia como equidad), con quienes, no obstante, comparte preocupaciones comunes. Su primera gran obra fue Historia y crítica de la opinión pública (1962). En este analiza la transformación estructural de la esfera pública y se aproxima de forma crítica al concepto de opinión pública, recuperando la visión eminentemente democrática del mismo, con su distinción entre opinión pública manipulada y opinión pública crítica. En obras posteriores, Habermas tratará de reconstruir el materialismo histórico frente a las nuevas problemáticas de las sociedades del capitalismo tardío. En este sentido, la gran crítica que realizará a Marx será que éste, en su opinión, reduce la praxis humana a una techné, en el sentido de que Marx le otorga la importancia fundamental al trabajo como eje de la sociedad, en demérito del otro componente de la praxis humana que Habermas rescata como esencial: la interacción mediada por el lenguaje.
Habermas entiende que el cambio social debe darse en un ámbito simbólico, en el ámbito de la comunicación y el entendimiento entre los sujetos. De este modo, esta crítica se asemeja a la reflexión que realizan Theodor Adorno y Max Horkheimer. Luego de este momento inicial, Habermas repensará esta distinción entre trabajo e interacción como dos momentos irreductibles de la acción y tratará de incluir en la labor productiva (el trabajo) componentes de la interacción, por lo que dirá que es posible pensar un cambio social desde el campo del trabajo. A partir de la publicación en 1981 de su obra fundamental, la Teoría de la acción comunicativa sus análisis y reflexiones se han orientado hacia la fundamentación de la ética discursiva, la defensa de la democracia deliberativa y de los principios del Estado de derecho, así como hacia las bases normativas requeridas para configurar e incluso constitucionalizar una esfera pública mundial.
Hans-Georg Gadamer (1900 -2002) fue un filósofo alemán conocido como el fundador de la Escuela Hermenéutica. Comenzó a estudiar con Martin Heidegger, quien aún no era profesor titular pero sí un brillante profesor asistente. A través de Heidegger se insertó en un grupo de estudiantes que luego destacarían intelectualmente, entre ellos se encontraban: Leo Strauss, Karl Löwith y Hannah Arendt. La amistad entre Gadamer y Heidegger se hizo tan estrecha que cuando Heidegger recibió una plaza en Marburgo, lo siguió hasta allí, aunque con el tiempo difirieron políticamente, pues Gadamer siempre rechazó el nazismo y el comunismo. Se unió al Instituto de Frankfurt en 1949, pero por su visión, prefirió ser profesor en la Universidad de Heidelberg, cargo que ocupará hasta su muerte. A lo largo de esta etapa completó su gran obra Verdad y método, publicada en 1960 y ampliada con un segundo volumen en 1986, y se comprometió en el famoso debate que mantuvo con Jürgen Habermas acerca de la posibilidad de trascendencia histórica y cultural en busca de una situación social moldeada por el pensamiento crítico.
El debate jamás concluyó pero marcó el comienzo de una calurosa amistad entre Gadamer y Habermas, incluso Gadamer facilitó la posibilidad de entrada de Habermas en el mundo académico ayudándole a lograr una plaza de profesor en Heidelberg. Otro intento similar de debate fue intentado con Jacques Derrida pero éste fue menos instructivo porque ambos pensadores tenían pensamiento con muy pocos puntos en común. Respecto a la Hermenéutica (ciencia de la interpretación), Gadamer sostenía que la interpretación debe evitar la arbitrariedad y las limitaciones surgidas de los hábitos mentales, centrando su mirada en las cosas mismas, en los textos. Afirma que siempre que nos acercamos a un texto lo hacemos desde un proyecto, con alguna idea de lo que allí se dice. A medida que profundizamos la lectura, este proyecto va variando y se va reformulando según la lectura nos vaya confirmando o alterando nuestra precomprensión. Como este proceso puede prolongarse al infinito, nunca podemos afirmar que hemos dado la interpretación última y definitiva.
El logro de Gadamer residiría en descubrir y mostrar la naturaleza de la comprensión humana a nivel teórico-metodológico: la verdad está íntimamente ligada al método y no puede considerarse una sin la otra. Gadamer fue muy crítico con los dos enfoques metodológicos que se emplean en las ciencias humanas (Geisteswissenschaften). Por un lado, fue crítico con los enfoques modernos que buscan modelar el método de las ciencias humanas en base al método científico. También fue crítico con el método tradicional de las humanidades cuyo enfoque se hace explícito en la obra de Wilhelm Dilthey, quien creía que para lograr una interpretación correcta de un texto era necesario desentrañar la intención original que manejaba el autor cuando lo escribió. Gadamer sostiene que la gente tiene una conciencia históricamente moldeada, esto es, que la conciencia es un efecto de la historia y que estamos insertos plenamente en la cultura e historia de nuestro tiempo y lugar y, por ello, plenamente formados por ellas. Así interpretó que un texto comprende una «fusión de horizontes» donde el estudioso encuentra la vía que la historia del texto articula en relación con nuestro propio trasfondo cultural e histórico.